La presidenta de la Fundación, en su compromiso continuo con la acción social, ha emprendido un viaje a Etiopía para supervisar y participar en las iniciativas en curso junto a la asociación Noru. Su estancia en Addis Abeba le permitió realizar gestiones clave antes de dirigirse a Hawassa, donde tuvo la oportunidad de interactuar con un grupo de escolares al cierre de su programa educativo.
Estos encuentros no solo refuerzan los lazos con la comunidad sino que también proporcionan una visión directa del impacto de sus esfuerzos. Próximamente, la presidenta se desplazará a Durame, donde, en colaboración con Noru y Joy, se dedicará a establecer un programa vital para 26 familias que enfrentan una exclusión extrema. Este programa no solo busca mejorar las condiciones de vida de estas familias, sino también crear un entorno seguro y accesible para los escolares, facilitando la construcción de un recinto que sirva como espacio de aprendizaje y recreación más allá del horario escolar. Este es un claro ejemplo de cómo la Fundación y con quienes colabora trabajan incansablemente para generar un cambio positivo y duradero en las comunidades más vulnerables.